El oso frontino es una especie de osos que vive en la región andino de América del Sur, en territorios de Venezuela, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y la zona norte de Argentina, en ambas vertientes de la cordillera de los Andes.
Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador son los países con la mayor población de esta especie, sin embargo en el Perú solo habitan 5 individuos; por ello decimos que es una especie en peligro de extinción.
Costumbres: el oso frontino es solitario, de hábitos diurnos y nocturnos, principalmente terrestre pero con algunas costumbres arbolarias como recolección de frutos y bayas en la parte alta de los árboles.
A diferencia de sus parientes próximos, como los osos polares, pardos y negros, el oso frontino no pasa el invierno durmiendo.
Reproducción: la hembra alcanza la madures sexual a los 4 años de edad, y a partir de ese momento es capaz de procrear.
La formación de parejas para la reproducción se da entre Marzo y Octubre, y el acoplamiento se realiza luego del cortejo durante la cual la pareja lucha y juega hasta que la hembra quede lista para aparearse. Todo ello se produce, mientras la hembra se encuentra en su ciclo menstrual, el cual tiene una duración de 1 a 5 días.
El periodo de lactancia se extiende hasta el cuarto mes de vida de los oseznos, sin embargo la madre permanece con ellos por lo menos hasta que cumplen su primer año de edad.
Alimentación: aunque el mamífero que pertenece a la orden carnívora, su alimentación está constituida básicamente por frutas, cogollos de bromelias, peciolos de hojas de palmeras, corteza, bayas, bulbos, cactus, hongos, miel, bambú etc...
Solo el 4% de su dieta incluye a otros animales pequeños como roedores, conejos, reptiles, aves, insectos y huevos por ello el oso frontino es considerado el único oso vegetariano del mundo.
Este plantígrado se ubica en el cuarto nivel de la pirámide alimenticia junto a otras especies.
Amenazas: los enemigos naturales del oso frontino son el jaguar y el puma, pero es el hombre quien más ha contribuido a diezmar su población, debido a la destrucción de los bosques que conforman su hábitat a la carencia indiscriminada a la cual es sometido ya su trafico ilícito.
La perdida de de hábitat es el principal problema que enfrenta el oso frontino, en vista que los bosques de neblina donde viven están desapareciendo a gran velocidad debido a las de forestaciones ocasionadas por la agricultura migratoria, los incendios forestales y a la falta de bosques para madera. Apenas les quedan algunos parches boscosos par vivir.
El oso frontino es victima de una cacería furtiva e indiscriminada por ser considerado una amenaza para el ganado y para los campos de maíz; también muere debido a los pesticidas que son vertidos en los campos de cultivos. Existe una creencia infundada que señala que sus garras tienen propiedades curativas.
Otra amenaza que afecta al oso frontino es su trafico ilícito para ser utilizado como mascota de circo, donde es sometido a numerosos maltratos.
Es importante y urgente proteger a esta especie, conservando los bosques donde viven, impedir su cacería y trafico ilícito y desterrar el mito de sus garras como medicamento.